Colgué un trozo de esta historia en Instagram el otro día- si no lo has visto, puedes echar un vistazo al post AQUÍ… y lo prometido es deuda! Aquí tienes la historia completa de mi pasado con la comida! Todos tenemos nuestras historias con la comida, y normalmente comienzan desde muy joven. Si partes de tu historia te persiguen, o si sigues con dificultades de superarlo, escríbeme- en Julio lanzaré mi primer programa grupal con un enfoque no en QUE comes, sino como superar pensamientos negativos y los patrones que te impiden progresar.
Comienza hace mucho tiempo…
Cuando estaba en el colegio, otros niños me preguntaron si mi numero de teléfono era 900- SALVA LAS BALLENAS.
Cuando tenía 15 años, alguien muy cercano me dijo que parecía que estaba embarazada.
Cuando tenía 20 años, me di cuenta que mi ex novio salió conmigo por que le gustaban las chicas gorditas.
Cuando tenía 23 años, justo había comenzado CrossFit, y mi novio me dijo que mis brazos parecían de un hombre.
Mi cuerpo nunca fue suficiente. La comida siempre fue una fuente de estrés por un lado, y algo que me daba alegría por el otro.
De pequeña, lo que comíamos en casa era mucho más ‘sano’ que la dieta estándar estadounidense.
Mi familia nunca compraba comida ultra procesada, y mi padre tenía prohibido los refrescos. El azúcar, los caramelos, y otros alimentos tipo ‘snacks’ eran ‘malos’ y estaban prohibidas en casa.
Iba a las casas de mis amigos, y comía todas las guarradas que podría encontrar- chocolates y gominolas y cereales de desayuno…todo lo que no podía comer en mi casa. Me hacia tan feliz poder entrar a las despensas en las casas de mis amigos y ver todo lo que estaba prohibido en mi casa… y me parecía super injusto que sus padres les dejaban comer lo que querían, y yo no.
Una vez, dormí en la casa de una amiga de la familia, y me dejó desayunar helado. Mi padre estaba tan enfadado que parecía que la amiga me había dado heroína con los cereales. En mi casa, ciertos alimentos eran prohibidos, y si yo los quería, tenía que ser a escondidos.
Cuando me fui de casa para asistir la universidad, de repente no había nadie juzgando lo que comía.
Podía comer lo que quería, cuando quería. Y claro, el alcohol no ayudaba. Encima, no tenía ni idea en qué consiste un plato equilibrado, o lo que realmente era saludable o no. Sabía que la verdura era ‘buena’, los caramelos eran ‘malos’, y los burritos a medianoche eran deliciosos.
Mi historial con la comida me persigue aún-
Cuando estoy ansiosa o aburrida, tengo ganas de picotear. Cuando me siento muy sola, la nevera parece un buen sitio para buscar compañía. Estos pensamientos no desaparecen, pero conozco lo suficiente sobre mi misma y mis tendencias que se gestionarlo bien.
Un gran paso para mi fue completar mi primera certificación de health coaching en 2011 (con Institute for Integrative Nutrition en NYC).
Por fin me di cuenta que la comida no era sólo algo para meter a la boca para tranquilizarme o controlar el peso, sino una fuente de energía, una manera de nutrir el cuerpo, y una manera de respetar (o mostrar falta de respeto) a mi misma.
Ya conozco no solo los alimentos que me gusta comer, pero los alimentos que me hacen sentir bien cuando los como. Aprendí como amar la comida nutritiva- no por que alguien me obligaba a hacerlo, pero por que aprendi lo que realmente funcionaba mejor para mi cuerpo, mis objetivos y mi salud.
Mi progresión- de niña gordita a adolescente confundida a estudiante borracha a una adulta que es medianamente equilibrada y consciente de si misma- es la razon por que soy coach de nutrición y estilo de vida.
Tardé AÑOS en entender el equilibrio correcto de proteína, hidratos y grasas. Tardé AÑOS en realmente entender cómo me hace sentir ciertos alimentos, y que puedo hacer cuando me siento ansiosa que no tiene nada que ver con abrir la nevera. Por eso sigo leyendo, mirando, y aprendiendo todo lo que pueda sobre la nutrición, factores de estilo de vida y desarrollo personal.
Estoy aquí para ayudar a mis clientes aprender, practicar y volver a levantarse cuando fallan para que no sienten tan perdidos.
Para que puedan aprender a comer para el resto de su vida. Para que dejen de sentir descontrolados con la comida, o que la alimentación es un problema en sus vidas.
Así que esta es mi historia- mi razón ‘por que’.
Mi objetivo es ayudar a los demás sentir bien en sus propios cuerpos, sentir cómodos con sus decisiones, y tener confianza en su habilidad de comer ‘bien’… y dejar de estar perdidos con la dieta.
Cuéntame tu historia- ¿por dónde vas en el camino?
Mándame un mensaje si te gustaría charlar- la alimentación es un tema complicado, y nuestras historias no nos lo ponen fácil a veces. ¡Cuéntame tus frustraciones!