Nuestro miedo a intentarlo y a fracasar es a menudo peor que el miedo a seguir siendo o haciendo lo mismo. Si no cambias nada, al menos no estarás peor de lo que estás ahora, ¿verdad?
Fijarse metas puede ser difícil, complejo… y aterrador, y frustrante. Sin embargo, en realidad lo único peor a seguir igual es no intentarlo.
Y sí, puedes fallar unas cuantas veces en el camino, pero piensa en el ‘fracaso’ como un progreso: te está ayudando a entender lo que no funciona en tu caso – lo cual es tan importante como averiguar lo que SÍ funciona.
Cómo y porqué no cumplimos nuestros propósitos
Cuando no alcanzas tus metas, ¿eres capaz de entender por qué? ¿O lo ves simplemente como una falta de actitud, de personalidad o una señal de que no eres lo suficientemente bueno?
Muchas veces, el error está en el proceso: la falta de un plan claro y factible. Hablo mucho con mis clientes de coaching en nutrición sobre cómo el proceso es a menudo más importante que el resultado. Y el proceso es la diferencia entre lograr lo que quieres y no alcanzar tus metas.
Así que hablemos de cómo puedes establecer un mejor plan para cumplir tus propósitos este año.
Los objetivos más comunes al empezar el año
Estos son algunos de los objetivos más comunes en cuanto a la salud y el aspecto físico:
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- Perder peso
- Mejorar y marcar el tono muscular (aunque espero que a estas alturas sepas que esto NO ES LO MÁS IMPORTANTE)
- Comer más sano
- Ingerir menos azúcar
- Llevar la ropa que llevabas hace X años atrás
- Levantar más peso en el gimnasio
- Beber menos alcohol
- Cocinar más en casa
- Correr más rápido
…. Y la lista continúa.
Pero, ¿cómo puedes alcanzar estos objetivos, definitivamente, este año?
Consejos para conseguir nuestros objetivos
Busca una razón adaptada a tí
Determina POR QUÉ tus metas son importantes para ti. Si sólo estás interesado en eliminar el azúcar porque todos los fitness influencers de Instagram dicen que debes hacerlo, probablemente perderás el interés muy rápidamente.
Es decir, si te marcas un objetivo que realmente no significa nada para tí ni con el que te identificas a nivel personal ¿cómo vas a conseguirlo?
No obstante, si te fijas el objetivo de reducir tu consumo de azúcar porque
- Has ganado algo de peso
- Notas que tus niveles de energía (y estado de ánimo) suben y bajan durante todo el día
- Tu médico te ha dicho que tienes riesgo de padecer prediabetes…
¡Eso son buenas razones adaptadas a tu situación!
Adapta los objetivos al calendario
Establece un marco temporal, comprende e imagina (crea una visión) de cómo se ve y cómo se siente el hecho de “alcanzar” esa meta o cumplir el objetivo.
Si tu plan es eliminar el azúcar, define lo que significa realmente “sin azúcar” para ti, y cuál es el plazo para lograr este objetivo. ¿Estás “libre de azúcar” cuando has pasado una semana entera sin azúcar añadido? ¿Un mes? ¿Cómo vas a reducir tu ingesta? ¿Lo harás de golpe? ¿Prefieres ir poco a poco? ¿Cómo se puede medir si esto funcionó o no?
Marca pequeñas metas intermedias
Piensa en los hábitos diarios que puedes implementar en tu día a día para avanzar hacia tu meta.
Las personas somos la suma de lo que hacemos regularmente.
Si constantemente buscas el sobre de azúcar que te sirven con el café, ese es un hábito que puedes fácilmente romper. Por ejemplo, tal vez uno de los hábitos en los que debes trabajar es decir siempre en voz alta al camarero “sin azúcar” cuando pides un café. O también puedes asegurarte de llevarte contigo una manzana para tu almuerzo todos los días para no caer en la tentación de ir a la máquina expendedora.
No subestimes el poder de las pequeñas acciones: con el tiempo una suma de pequeños hábitos pueden ser la diferencia entre alcanzar tus objetivos o fracasar.
Mide y cuantifica
Mide tu progreso y revisa tus hábitos si es necesario. No esperes hasta la ‘fecha de finalización’ de tu meta: revisa constantemente tu progreso y haz cambios si detectas que algo no funciona en tu caso.
Una buena estrategia es llevar un calendario o un cuaderno para registrar tu progreso y tomarte un momento cada semana para hacer balance de la semana anterior.
Por ejemplo, tal vez descubras que entre semana es fácil cumplir con los objetivos planificados pero los fines de semana cuando vas a comer a casa de tus suegros o cuando sales con tus amigos, evitar el azúcar es realmente difícil. Entonces, ¿qué hábito podrías querer incluir para ayudarte en estos casos? Podrías llevar una ensalada de frutas contigo como “postre alternativo”, o podrías hacerle saber a los anfitriones con anticipación que preferirías que no te ofrecieran postre. O tal vez decidas que ya que lo estás haciendo tan bien en el 95% de los días, está bien comer postres y azúcar un par de veces al mes.
En definitiva todo depende de tí.
Reflexionar para conseguir
Este año hazte esta compleja pregunta a ti mismo:
¿Lo que estoy haciendo ahora me está ayudando a convertirme en la persona que me gustaría ser en un año, en 5 o en 10 años?
Es muy fácil quedarse atrapado en el día a día, en seguir a nuestra masa de amigos y conocidos, sin tratar de mejorar ni reflexionar activamente sobre lo que queremos en nuestra vida o quiénes queremos ser en el mundo. Es mucho más fácil quejarse y dar excusas en lugar de trabajar duro para cambiar.
Si resuelvo todas mis preocupaciones… ¿de qué me voy a preocupar entonces?
El asesoramiento en nutrición tiene que ver con este proceso: definir lo que quieres conseguir a nivel de salud y bienestar y averiguar cómo puedes llegar hasta allí.
Analizamos los escalones que necesitas superar para subir por la escalera del éxito e intentamos quedarnos en la cima cuando llegamos. Ya sea que estés buscando perder peso, mejorar tu relación con la comida, ganar músculo y fuerza, o simplemente organizar mejor tu nutrición: el coaching nutricional puede ayudarte a alcanzar tus objetivos.
Envíame un email o un mensaje a través del formulario de contacto y hazme saber lo que te gustaría lograr este año.
También puedes dejar tus ideas como comentarios en este mismo post.